El marcador fue 3-2 para los locales, que dijeron “palo y a la bolsa” para hacerse de tres nuevas unidades en el Torneo Oficial de
Un dolor de cabeza para Boxing
Los peores dolores de cabeza para los dueños de casa empezaron promediando la mitad del segundo tiempo, cuando los de El Cóndor se iluminaron. En rigor de verdad, habría que hacer una salvedad y no poner en pie de igualdad la gravitación que tuvieron todos los integrantes del elenco visitante. Es que la nota distintiva la dio César Hernández, que se puso el equipo al hombro para intentar salir del pozo del 3-0 abajo en el que lo había hundido el dueño de casa. En menos de cinco minutos, Hernández marcó los dos goles del descuento y le puso los pelos de punta a jugadores y seguidores del equipo rival.
Fue a los 22 minutos de la segunda parte cuando el jugador aprovechó una mala salida del arquero de Boxing, y cuando la pelota quedó flotando en el área chica la tocó de cabeza para mandarla al fondo de la red. Todo a fuerza de empuje y oportunismo. El segundo de la cosecha personal del futbolista de El Cóndor fue en medio de una jugada espectacular con sólo dos toques, para cruzar toda la cancha y terminar dentro del arco del local. Salió de los pies del arquero, que sacó largo y mandó el pelotazo hasta el área, pasando a la defensa de Boxing. Hernández la tomó de aire dentro del área y metió una volea bien cruzada, que se coló pegada al segundo palo.
Después, los locales dieron en cada una de las jugadas muestras evidentes de que les habían ganado los nervios. Los pifies y los pases sin destino parecieron de pronto ser la constante en un equipo que hasta el momento se había caracterizado por la precisión. Tal era la ansiedad, que alguien recién llegado a ver el partido hubiera pensado razonablemente que el resultado era un empate, y que por eso Boxing estaba tan alterado.
Pero después el temporal pasó, los locales se reencontraron con su juego y el cotejo pasó a ser de ida y vuelta, con riesgo en los dos arcos. Al final, el que terminó teniendo las más importantes fue Boxing, que en parte supo aprovechar las grietas que dejaba El Cóndor en su afán de ir para adelante a buscar el empate. Y se dice “en parte”, porque a ninguna de las -al menos- tres oportunidades clarísimas de gol las supo concretar.
Andaban como desfasados los muchachos del tricampeón: cuando tenían que optar por la individual, no se animaban y terminaban dándosela a algún compañero peor ubicado. Y para definir, en los mano a mano que tuvieron con el arquero estuvieron poco inspirados.
LA OPINION AUSTRAL
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