En un partido con muchos altibajos y algunas ausencias, el conjunto que dirige técnicamente Daniel Giacomoli rescató un valioso empate como local ante Boca Río Gallegos.
A puro empuje, los dirigidos de Giacomoli llegaron al empate en el minuto 49
A las 21 salieron los equipos a la cancha y la parcialidad xeneize, de antemano, ponía color a la noche. Es que en la tribuna, desde temprano, los colores azul y amarillo prevalecieron y no faltó el aliento ni el insistente bombo durante todo el cotejo.
Boca sabía que enfrente tenía a quien ya se ha transformado en un clásico del fútbol local, pero que venía con algunas ausencias importantes para este encuentro, ya que Toledo y Ojeda se encontraban en viaje a Mendoza donde disputarán los días 11 al 17 un torneo de Fútbol de Salón de campeones 2008-2009. A estas ausencias se le sumó la de Maidana, obligado a descansar por estar lesionado. Boxing formó entonces con Garay en el arco, Ojeda y Cassin atrás y un poco más adelante puso a Batochia. En el medio estuvieron Sandoval y Aguilar y hacia adelante formaron Triviño, Matus, Bazán y Gargaglione.
Por el lado de Boca, Mario Gambini sacó al equipo con Martínez al arco, Ocampo, Fernández y Cabral. Más adelante se encontraban Díaz y Bórquez acompañando al “Tigre” Rodríguez. López, Quiroga, Sandoval y Ceballos aparecieron completando de tres cuartos hacia arriba.
En la cancha del Boxing y con el arbitraje de Lugo, los primeros 15 minutos fueron enteramente de Boca, que ganaba en el mediocampo y se escapaba por las bandas con Bórquez y López. Pocas situaciones se generaron en este período, pero lentamente comenzó a adquirir protagonismo el local, que de a poco se acercaba al arco de Martínez, con un par de pelotas que llevaron riesgo en los lindes del área. Y cuando se encontraban en su mejor momento llegó el baldazo de agua fría.
Un par de minutos más tarde, tras varias arremetidas contra el arco defendido por Garay, los conducidos por Gambini encontraron la ventaja. A los 35 minutos, Lucas Fernández capturó un centro desde la derecha y conectó con pie derecho para clavar la pelota por sobre el guardameta, bien arriba.
A partir de ese momento y hasta el fin del primer tiempo, Boxing no encontró respuesta y el partido comenzó a caer en un pozo. Boca manejaba los tiempos en el mediocampo, aunque algo desordenadamente. Batochia y Sandoval molestaban a los xeneizes en el mediocampo y tal vez por esto el juego de Boca se tiró hacia los extremos.
Mucho frío para el segundo tiempo, y muchas ganas de empatar por parte de Boxing. Desde el arranque de la etapa complementaria los albiverdes se mostraron más agresivos, como heridos en su orgullo salieron con más ganas que futbol. Pero Boca por su parte seguía con el mismo esquema táctico y seguía manejando mejor la pelota, aunque sin generar situaciones de peligro.
En este ida y vuelta en el mediocampo, el público comenzó a impacientarse y se podían escuchar los gritos de aliento y el ya clásico “vamos que se puede” evidentemente para el Boxing, que no cejaba en su búsqueda del gol. Los de Gambini se acercaron un poco más al área rival y propiciaron un par de jugadas que traían poco peligro, mérito de la cerrada defensa propuesta por Giacomoli. Boca introdujo su primera modificación cuando hizo ingresar a Insaurralde por Sandoval.
A los 31 Triviño vio la tarjeta amarilla por referirse en términos inapropiados al árbitro, y a los 33, Bazán recibió en pleno rostro un pelotazo que era rechazado por un rival, lo cual originó una pausa de 2 minutos para que pudiera ser atendido.
Sobre los 35, una falta en tres cuartos de cancha le daba la posibilidad a los locales de emparejar las acciones, que a estas alturas era un trofeo más que merecido, pero el tiro libre ejecutado por Franco Sandoval sobrepasó la barrera boquense para perderse afuera por encima del travesaño.
Si bien Boca mantenía el ritmo e intentaba seguir avanzando hacia el arco rival, el ímpetu lo proponían los albiverdes, quienes a puro pulmón seguían empujando y metiendo a Boca en su área. En este marco se generaban huecos en el mediocampo que Boca no supo capitalizar. A los 39 un nuevo tiro libre para el Boxing se iba lejos del arco rival y parecía que no importaba lo que se intentara, la pelota se negaba a entrar. Boxing remplazó a Gargaglione por Maldonado y Boca aprovechó para cambiar a Mario Pérez por Lucas Ceballos.
Pero las acciones se sucedían como 15 minutos antes, con Boca plantado de tres cuartos hacia delante pero sin llevar mucho peligro, y Boxing persiguiendo el anhelado empate.
Y fue por esa constancia de buscar y buscar, de jugar a todo o nada que pasó lo que no parecía posible. Y es que ya iban 49 minutos cuando un centro conectado de cabeza por Matus en el área de Boca, que derivó en las cercanías de Cormac, quien venció la resistencia de Martínez para poner lo que serían las cifras definitivas del encuentro.
Tal vez porque entregó todo o porque no se notaron las ausencias, tal vez porque Boca parecía conformarse con la mínima. El tema es que el empate tuvo un sabor a derrota para los xeneizes, a quienes les sacaron el festejo de los 3 puntos.
Alguien me preguntó una vez “¿se puede festejar un empate?”… y a mi me parece que si, en estas circunstancias si. (LA OPINION AUSTRAL)
Por el lado de Boca, Mario Gambini sacó al equipo con Martínez al arco, Ocampo, Fernández y Cabral. Más adelante se encontraban Díaz y Bórquez acompañando al “Tigre” Rodríguez. López, Quiroga, Sandoval y Ceballos aparecieron completando de tres cuartos hacia arriba.
En la cancha del Boxing y con el arbitraje de Lugo, los primeros 15 minutos fueron enteramente de Boca, que ganaba en el mediocampo y se escapaba por las bandas con Bórquez y López. Pocas situaciones se generaron en este período, pero lentamente comenzó a adquirir protagonismo el local, que de a poco se acercaba al arco de Martínez, con un par de pelotas que llevaron riesgo en los lindes del área. Y cuando se encontraban en su mejor momento llegó el baldazo de agua fría.
Un par de minutos más tarde, tras varias arremetidas contra el arco defendido por Garay, los conducidos por Gambini encontraron la ventaja. A los 35 minutos, Lucas Fernández capturó un centro desde la derecha y conectó con pie derecho para clavar la pelota por sobre el guardameta, bien arriba.
A partir de ese momento y hasta el fin del primer tiempo, Boxing no encontró respuesta y el partido comenzó a caer en un pozo. Boca manejaba los tiempos en el mediocampo, aunque algo desordenadamente. Batochia y Sandoval molestaban a los xeneizes en el mediocampo y tal vez por esto el juego de Boca se tiró hacia los extremos.
Mucho frío para el segundo tiempo, y muchas ganas de empatar por parte de Boxing. Desde el arranque de la etapa complementaria los albiverdes se mostraron más agresivos, como heridos en su orgullo salieron con más ganas que futbol. Pero Boca por su parte seguía con el mismo esquema táctico y seguía manejando mejor la pelota, aunque sin generar situaciones de peligro.
En este ida y vuelta en el mediocampo, el público comenzó a impacientarse y se podían escuchar los gritos de aliento y el ya clásico “vamos que se puede” evidentemente para el Boxing, que no cejaba en su búsqueda del gol. Los de Gambini se acercaron un poco más al área rival y propiciaron un par de jugadas que traían poco peligro, mérito de la cerrada defensa propuesta por Giacomoli. Boca introdujo su primera modificación cuando hizo ingresar a Insaurralde por Sandoval.
A los 31 Triviño vio la tarjeta amarilla por referirse en términos inapropiados al árbitro, y a los 33, Bazán recibió en pleno rostro un pelotazo que era rechazado por un rival, lo cual originó una pausa de 2 minutos para que pudiera ser atendido.
Sobre los 35, una falta en tres cuartos de cancha le daba la posibilidad a los locales de emparejar las acciones, que a estas alturas era un trofeo más que merecido, pero el tiro libre ejecutado por Franco Sandoval sobrepasó la barrera boquense para perderse afuera por encima del travesaño.
Si bien Boca mantenía el ritmo e intentaba seguir avanzando hacia el arco rival, el ímpetu lo proponían los albiverdes, quienes a puro pulmón seguían empujando y metiendo a Boca en su área. En este marco se generaban huecos en el mediocampo que Boca no supo capitalizar. A los 39 un nuevo tiro libre para el Boxing se iba lejos del arco rival y parecía que no importaba lo que se intentara, la pelota se negaba a entrar. Boxing remplazó a Gargaglione por Maldonado y Boca aprovechó para cambiar a Mario Pérez por Lucas Ceballos.
Pero las acciones se sucedían como 15 minutos antes, con Boca plantado de tres cuartos hacia delante pero sin llevar mucho peligro, y Boxing persiguiendo el anhelado empate.
Y fue por esa constancia de buscar y buscar, de jugar a todo o nada que pasó lo que no parecía posible. Y es que ya iban 49 minutos cuando un centro conectado de cabeza por Matus en el área de Boca, que derivó en las cercanías de Cormac, quien venció la resistencia de Martínez para poner lo que serían las cifras definitivas del encuentro.
Tal vez porque entregó todo o porque no se notaron las ausencias, tal vez porque Boca parecía conformarse con la mínima. El tema es que el empate tuvo un sabor a derrota para los xeneizes, a quienes les sacaron el festejo de los 3 puntos.
Alguien me preguntó una vez “¿se puede festejar un empate?”… y a mi me parece que si, en estas circunstancias si. (LA OPINION AUSTRAL)
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