Como se preveía, la Selección Argentina de Fútbol de Salón brindó un verdadero espectáculo, en la noche de ayer, en las instalaciones del Polideportivo del Boxing, pero no sólo por lo que sus jugadores mostraron, sino porque tuvo enfrente un combinado de Río Gallegos que colaboró con la causa. Es que más allá del resultado final, por 10 a 2 para la albiceleste, la gran cantidad de aficionados que se hicieron presentes en el Boxing (alrededor de 4.000 personas), pudieron ver en cancha muestras de un fútbol de alto nivel, con mucha precisión, efectividad y lujos, por momentos.
El partido
El partido amistoso tuvo un comienzo que desorientó a propios y extraños, ya que la postura desde el pitazo inicial por parte del Seleccionado de Río Gallegos, fue la de un equipo que le quería jugar de igual a igual al principal equipo de fútbol de salón de nuestro país. Y todo fue más desconcertante, cuando a los dos minutos de juego, el local, vía Daniel Toledo, se puso en ventaja, demostrando que sus verdaderas intenciones eran la de dar el batacazo.
Sin dudas que la explicación al porqué de este inicio alentador para los riogalleguenses, pasa por decir que la presión encima de los jugadores nacionales hizo que los mismos se encontraran limitados al momento de actuar. Esto posibilitó que desde el inicio, los espectadores se identificaran con los locales.
Minutos después, y mientras los de Larrañaga le buscaban explicaciones a lo sucedido, llegó el segundo golpe. Julián Ojeda, a la salida de un lateral, entró por el segundo palo y facturo. Ahí si el desconcierto fue total, 2 a 0, Río Gallegos arriba y la gente admirada.
Sin embargo, la reacción tardó pero llegó en el momento justo, y fue en el pie de uno de los principales artilleros del equipo nacional, Martín Percec, que con dos goles idénticos (remate de zurda, fuerte y a la salida de un corner), pudo empatar el tanteador antes de que el primer tiempo se extinguiera.
Vale destacar, que la gente pudo diferenciar su aplauso para con el arquero local, Maximiliano Salomón, quien tuvo una excelente actuación en el primer período.
Ya en el complemento la situación cambiaría, porque el cansancio hizo mecha en los jugadores locales, quienes buscaron sostener esa presión efectiva del primer tiempo, pero el recambio del equipo nacional, los espacios que empezó a encontrar y los remates que comenzaron a entrar en el arco, fueron liquidando de a poco el partido. Sí, así de rápido el combinado de Larrañaga se vio arriba en el marcador, situación que le permitió poder empezar a manejar las acciones a su gusto, teniendo en cuenta que ya los contraataques y las situaciones de gol por parte de Río Gallegos eran ínfimas. No obstante, la oportunidad de brindarle otro gol riogalleguense a los presentes estuvo, pero Maximiliano Chávez no pudo concretar el penal que tuvo en sus pies. El partido se fue con un 10 a 2, que tal vez pudo tener una diferencia menor en el marcador, pero sí existió.
De igual manera, se pudo ver un espectáculo realmente atractivo, con respuestas de todo tipo. Una fue la de los jugadores locales que estuvieron a la altura de las circunstancias, otra fue del público, que colmó un polideportivo difícil de llenar como lo es el del Boxing, y por último, la Selección Argentina, que se dio cuenta a tiempo de que estaba mal parada, y revirtió la situación a puro fútbol del bueno, con algún que otro lujo incluido.
LA OPINION AUSTRAL RIO GALLEGOS
El partido
El partido amistoso tuvo un comienzo que desorientó a propios y extraños, ya que la postura desde el pitazo inicial por parte del Seleccionado de Río Gallegos, fue la de un equipo que le quería jugar de igual a igual al principal equipo de fútbol de salón de nuestro país. Y todo fue más desconcertante, cuando a los dos minutos de juego, el local, vía Daniel Toledo, se puso en ventaja, demostrando que sus verdaderas intenciones eran la de dar el batacazo.
Sin dudas que la explicación al porqué de este inicio alentador para los riogalleguenses, pasa por decir que la presión encima de los jugadores nacionales hizo que los mismos se encontraran limitados al momento de actuar. Esto posibilitó que desde el inicio, los espectadores se identificaran con los locales.
Minutos después, y mientras los de Larrañaga le buscaban explicaciones a lo sucedido, llegó el segundo golpe. Julián Ojeda, a la salida de un lateral, entró por el segundo palo y facturo. Ahí si el desconcierto fue total, 2 a 0, Río Gallegos arriba y la gente admirada.
Sin embargo, la reacción tardó pero llegó en el momento justo, y fue en el pie de uno de los principales artilleros del equipo nacional, Martín Percec, que con dos goles idénticos (remate de zurda, fuerte y a la salida de un corner), pudo empatar el tanteador antes de que el primer tiempo se extinguiera.
Vale destacar, que la gente pudo diferenciar su aplauso para con el arquero local, Maximiliano Salomón, quien tuvo una excelente actuación en el primer período.
Ya en el complemento la situación cambiaría, porque el cansancio hizo mecha en los jugadores locales, quienes buscaron sostener esa presión efectiva del primer tiempo, pero el recambio del equipo nacional, los espacios que empezó a encontrar y los remates que comenzaron a entrar en el arco, fueron liquidando de a poco el partido. Sí, así de rápido el combinado de Larrañaga se vio arriba en el marcador, situación que le permitió poder empezar a manejar las acciones a su gusto, teniendo en cuenta que ya los contraataques y las situaciones de gol por parte de Río Gallegos eran ínfimas. No obstante, la oportunidad de brindarle otro gol riogalleguense a los presentes estuvo, pero Maximiliano Chávez no pudo concretar el penal que tuvo en sus pies. El partido se fue con un 10 a 2, que tal vez pudo tener una diferencia menor en el marcador, pero sí existió.
De igual manera, se pudo ver un espectáculo realmente atractivo, con respuestas de todo tipo. Una fue la de los jugadores locales que estuvieron a la altura de las circunstancias, otra fue del público, que colmó un polideportivo difícil de llenar como lo es el del Boxing, y por último, la Selección Argentina, que se dio cuenta a tiempo de que estaba mal parada, y revirtió la situación a puro fútbol del bueno, con algún que otro lujo incluido.
LA OPINION AUSTRAL RIO GALLEGOS
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