El dueño de casa, que no viene pasando por buenos momentos como en otras épocas, se encontró ante Ferro con un partido “chivo”, que pudo ganar recién a un minuto del tiempo reglamentario. El albiverde anotó en primer término, a los 18 de la primera mitad, con un gol de buena factura en los pies de Mariano Matus, en una escapada personal. El marcador no se movió hasta los 29 del segundo tiempo, cuando tras una serie de malos despejes Guillermo Vasquez alcanzó la paridad para el aurinegro. Y a uno de que se cumplieran los 90, el recientemente ingresado Lucas Soto concretó el agónico gol de la victoria para la alegría contenida de la hinchada local. 
El trámite del cotejo fue por momentos muy parejo, aunque a poco tiempo de comenzado ya se podían vislumbrar cuáles eran las apuestas de uno y otro elenco dentro de la cancha. Por el lado de Boxing, se puede afirmar que hubo mayor vocación ofensiva y en el manejo de la pelota como herramienta para fabricar los ataques. De ahí que buena parte de los 90 minutos el esférico estuviese en los pies de los albiverdes, que también presentaron –en general- más claridad en las llegadas. Ferro, en cambio, eligió el camino inverso: puso fichas en tomar por sorpresa a las líneas del dueño de casa, aprovechando algún que otro descuido que éste pudiera tener en su afán ofensivo. Para eso tenía que apoyarse también en el juego rápido del medio hacia adelante, pero muchas veces le faltó controlar mejor la pelota –y/o ser más frío- para dar la puntada final. La dupla técnica conformada por “Pepe” Ludueña y el “Rata” Maldonado, que dirige los destinos del plantel carbonero, paró el equipo con un convencional 4-4-2, esquema que le fue útil para anular buena parte del fútbol del elenco boxinguista. Con un mediocampo bien poblado, en el que Guillermo Vásquez -el mismo que consiguió el tanto del empate- sobresalió por el despliegue en recuperación y en juego, Ferro intentó cerrar el camino del fútbol albiverde. También en la contención, el volante central y capitán Javier Chávez tuvo un buen desempeño para contener el avance de las camisetas verdes.
En el fondo, la defensa del elenco de Ludueña/Maldonado tuvo, pese a algunos cimbronazos, un rendimiento aceptable (el resto lo aportó la falta de puntería del local). Los cuatro defensores tuvieron además mucho trabajo en la tarde de ayer, lo cual hace también más meritoria su actuación. Ojeda, Horfman, Guerrero y Rondán tuvieron que soportar los permanentes embates de los albiverdes, que buscaron insistentemente el arco por los dos costados. Pero como no todo fue contención por parte del equipo aurinegro, los locales pudieron encontrar los huecos entre las filas adversarias y de esta manera hicieron crecer su ya reconocido juego.
Los dirigidos ayer por “Yoni” Toledo –recordar que “Tito” Velásquez cumplió la segunda de las tres fechas fuera de la cancha tras ser expulsado en el duelo contra Independiente- expusieron en el campo de juego toda su vocación ofensiva y se hicieron cargo de iniciar las acciones en casi todo momento. Pero a pesar de las buenas intenciones, ayer, el elenco boxinguista se encontró con un duelo durísimo y que estaba seguramente fuera de sus previsiones. El primero de los goles fue justamente a consecuencia de un descuido entre líneas de los visitantes, que supo aprovechar el nueve de Boxing. Mariano Matus recibió la pelota inmediatamente después de un quite en el medio, y se encontró con que la defensa de Ferro estaba mal parada. El delantero avanzó por el centro de la cancha y consiguió dejar atrás a uno de los marcadores centrales para ponerse mano a mano con el arquero Diego Ludueña. Ante el 12, Matus se recostó en la derecha, logró eludirlo y la mandó a la red con el arco libre. Corrían 18 minutos de la primera mitad. A pesar de que el pleito se presentaba sumamente parejo, el anfitrión lograba ponerse en ventaja medianamente temprano. Las individualidades y el oportunismo le estaban dando buenos resultados.
Pero Toledo había sacado a la cancha un equipo con bastante equilibrio, similar al de la visita. Ponía cuatro en el medio (Yáñes, Aranda y Maidana como dupla de volantes centrales, y más adelante Triviño), a Toledo como generador y Matus como referencia ofensiva. El cero para el arco defendido por Claudio Garay duró bastante tiempo, pero éste tuvo que pasar algunos sustos –Ferro avisaba. Por ejemplo, un cabezazo del nueve Sebastián Filpe, que le buscó la contrapierna y del que pudo hacerse solamente porque le faltó más fuerza. En otra alternativa, Filpe la tuvo de nuevo y la desperdició después de que Garay diera un rebote y la bocha quedara en el área. También hubo otras, casi todas generadas por errores en los despejes en el fondo de Boxing, que dejaban pelotas boyando cerca de su arco. El empate llegaría a los 29 del segundo tiempo, por intermedio de Guillermo Vásquez, precisamente después de un tiro de esquina y de un rechazo defectuoso. La pelota le quedó “flotando” al volante, que no dudó y la metió para marcar la igualdad. El partido estaba más caliente que nunca, y la sensación era que los visitantes habían cobrado nuevo ánimo, como para alcanzar un gol más. Pero lo que pasó fue otra cosa, porque Ferro se confió, perdió el cuidado que venía teniendo en el fondo y le dio lugar al dueño de casa para ganar terreno. Así, en un desborde por la banda izquierda, donde Triviño imponía su velocidad, los albiverdes gestaron la jugada del gol de la agónica victoria. Fue el pibe Lucas Soto, ingresado promediando la segunda mitad, quien consiguió lo que sus compañeros venían buscando con insistencia.
LA OPINION AUSTRAL
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