Ayer, las acusaciones y protestas contra el árbitro Rogel por tener la “tarjeta fácil” marcaron el clima del anticipado final para el clásico riogalleguense. Es que, según la opinión de allegados a los dos clubes, el encuentro marchaba por carriles normales, sin que se dieran situaciones de violencia dentro de la cancha. Jugadores, e integrantes del cuerpo técnico de ambos equipos no lo podían creer: el partido que hasta hacía minutos estaban disputando albiverdes y celestes fue levantado después de la expulsión del quinto hombre de Hispano.
Cuando el árbitro sacó la quinta y última tarjeta Roja, para expulsar a Marcos Páez, el contador estaba a favor de los dueños de casa por 4 a 1, y no faltaba demasiado para que se cumplan los 90 minutos reglamentarios. Los tantos fueron convertidos por Gustavo Díaz, el juvenil Eduardo Aguilar, Daniel Toledo y Julián Ojeda para los locales. En tanto, el gol de los hispanistas fue anotado de penal por el volante Fernando Vergara, después de que los albiverdes abrieran el marcador.
La suspensión del cotejo, medianamente cerca del final de la segunda parte, tomó a todos por sorpresa, porque lo que se podía ver dentro del rectángulo de juego no era un espectáculo violento, o fuera de lo común. Hasta los jugadores de Boxing parecían no entender qué pasaba, por qué se había precipitado el desenlace del partido. Desde el mismísimo cuerpo técnico de Hispano, con admirable serenidad, se decía que no era necesario finalizar el encuentro de esa manera, y que el equipo local se lo iba a llevar con total superioridad.
Resumiendo, se puede decir que a ninguno de los dos equipos de este clásico les sentó bien la suspensión del partido. Para los ganadores, el gusto que deja el accidentado cotejo es el de que su superioridad se puede ver opacada, y que se pueda pensar que fueron favorecidos por la actuación del árbitro. Los hispanistas se sintieron directamente afectados por la actuación del juez, sin ahondar en detalles.
Hecho este comentario, es turno de hacer referencia a lo futbolístico, porque a fin de cuentas dentro del campo de juego quedó en evidencia la superioridad de los locales. Con un equipo que ya está consolidado, Boxing se mostró mejor en casi todas las líneas con respecto a su clásico rival. Sobre todo en lo que hace al trato de la pelota y en la generación de fútbol en la mitad del campo.
Y hablando del dominio de la mitad del campo de juego, no se puede pasar por alto la buena labor del volante central albiverde, Gustavo Díaz, quien estuvo claro en la distribución de la pelota y con nivel aceptable en la recuperación. Precisamente, el primero de los tantos del partido lo anotó el volante central, que participó de la gestación de la jugada en el medio, y que se volvió a encontrar con la pelota al borde del área. El cinco, que recién la tocaba, sacó un soberbio disparo a colocar que se clavó en el ángulo superior izquierdo.
Hispano había entrado a la cancha con un planteo un tanto defensivo, con un doble cinco en el mediocampo que integraban Marcos Páez y Leandro Robledo, para adueñarse de ese tramo vital del terreno y poder apaciguar los ánimos del local. Pero las distintas alternativas del cotejo fueron desdibujando el orden y la presencia de estos hombres.
Poco después, promediando los diez minutos de juego, el árbitro sanciona penal al volante ofensivo Fernando Vergara, una decisión que generó discusión fuera de la cancha en la parcialidad albiverde. Y el mismo Vergara se encargó de anotar –dos veces, porque tuvo que repetir por invasión de zona- el empate. Las cosas parecían encaminarse hacia un trámite más equilibrado.
Pero una distracción entre el medio y el fondo de Hispano le dio el pie que los dueños de casa andaban buscando para romper la paridad. Sería una pelota entre líneas con destino a Mariano Matus (que entró picando por la izquierda), la que después del disparo de éste terminaría en gol. El tiro pegó en el segundo poste, y fue empujado a la red por el juvenil Eduardo Aguilar. También hubo algunas chances para la visita, como la que tuvo Vergara después de una pésima salida del arquero Garay, que jugó un pase malo estando fuera del área. La pelota quedó en los pies del volante, que la quiso colocar por arriba pero la tiró afuera.
El dueño de casa estaba mejor, y generaba posibilidades. De tanto insistir y de tanto manejarle la pelota a su rival, consiguió un penal, que Daniel Toledo se encargó de facturar para poner las cosas 3-1 para su equipo. A todo esto, el elenco “celeste” ya tenía a tres hombres menos: dejaron la cancha Franco Gómez, Diego Andrada y Albino Galarza. En lo que se vio de segundo tiempo, Hispano no ofrecía resistencia y Boxing empezaba a jugar a sus anchas. Y llegó el cuarto, cuando el partido tenía ritmo de entrenamiento: lo hizo Julián Ojeda. En eso, al visitante le expulsaron al cuarto hombre (Miguel Muñoz), y se generaron protestas. De un momento a otro los jugadores alzaron la pelota y salieron caminando para dejar la cancha; el encuentro estaba suspendido por la expulsión de Marcos Páez.
Jugando antes que el puntero
A Boxing le viene tocando jugar los sábados, siempre un día antes que el dueño de la tabla de posiciones, Defensores del Carmen. Y por eso se da que, jugando antes, se sube a la punta gracias a las victorias sabatinas. El fin de semana pasado pasó con Bancruz, al que el albiverde derrotó con claridad por 3 a 0. Y ayer, con la conquista sobre su clásico rival Hispano Americano, el elenco dirigido técnicamente por la dupla Velásquez-Toledo consiguió hacerlo de nuevo.
Con esto, Boxing viene metiéndole presión desde hace un buen tiempo al equipo de barrio Del Carmen, ya que lo obliga a ganar su compromiso si es que no quiere resignar el liderazgo en el Torneo Oficial de la Liga de Fútbol Sur. Cabe recordar que Defensores del Carmen juega hoy ante Boca en uno de los duelos más importantes en lo que va del certamen.
LA OPINION AUSTRAL
Cuando el árbitro sacó la quinta y última tarjeta Roja, para expulsar a Marcos Páez, el contador estaba a favor de los dueños de casa por 4 a 1, y no faltaba demasiado para que se cumplan los 90 minutos reglamentarios. Los tantos fueron convertidos por Gustavo Díaz, el juvenil Eduardo Aguilar, Daniel Toledo y Julián Ojeda para los locales. En tanto, el gol de los hispanistas fue anotado de penal por el volante Fernando Vergara, después de que los albiverdes abrieran el marcador.
La suspensión del cotejo, medianamente cerca del final de la segunda parte, tomó a todos por sorpresa, porque lo que se podía ver dentro del rectángulo de juego no era un espectáculo violento, o fuera de lo común. Hasta los jugadores de Boxing parecían no entender qué pasaba, por qué se había precipitado el desenlace del partido. Desde el mismísimo cuerpo técnico de Hispano, con admirable serenidad, se decía que no era necesario finalizar el encuentro de esa manera, y que el equipo local se lo iba a llevar con total superioridad.
Resumiendo, se puede decir que a ninguno de los dos equipos de este clásico les sentó bien la suspensión del partido. Para los ganadores, el gusto que deja el accidentado cotejo es el de que su superioridad se puede ver opacada, y que se pueda pensar que fueron favorecidos por la actuación del árbitro. Los hispanistas se sintieron directamente afectados por la actuación del juez, sin ahondar en detalles.
Hecho este comentario, es turno de hacer referencia a lo futbolístico, porque a fin de cuentas dentro del campo de juego quedó en evidencia la superioridad de los locales. Con un equipo que ya está consolidado, Boxing se mostró mejor en casi todas las líneas con respecto a su clásico rival. Sobre todo en lo que hace al trato de la pelota y en la generación de fútbol en la mitad del campo.
Y hablando del dominio de la mitad del campo de juego, no se puede pasar por alto la buena labor del volante central albiverde, Gustavo Díaz, quien estuvo claro en la distribución de la pelota y con nivel aceptable en la recuperación. Precisamente, el primero de los tantos del partido lo anotó el volante central, que participó de la gestación de la jugada en el medio, y que se volvió a encontrar con la pelota al borde del área. El cinco, que recién la tocaba, sacó un soberbio disparo a colocar que se clavó en el ángulo superior izquierdo.
Hispano había entrado a la cancha con un planteo un tanto defensivo, con un doble cinco en el mediocampo que integraban Marcos Páez y Leandro Robledo, para adueñarse de ese tramo vital del terreno y poder apaciguar los ánimos del local. Pero las distintas alternativas del cotejo fueron desdibujando el orden y la presencia de estos hombres.
Poco después, promediando los diez minutos de juego, el árbitro sanciona penal al volante ofensivo Fernando Vergara, una decisión que generó discusión fuera de la cancha en la parcialidad albiverde. Y el mismo Vergara se encargó de anotar –dos veces, porque tuvo que repetir por invasión de zona- el empate. Las cosas parecían encaminarse hacia un trámite más equilibrado.
Pero una distracción entre el medio y el fondo de Hispano le dio el pie que los dueños de casa andaban buscando para romper la paridad. Sería una pelota entre líneas con destino a Mariano Matus (que entró picando por la izquierda), la que después del disparo de éste terminaría en gol. El tiro pegó en el segundo poste, y fue empujado a la red por el juvenil Eduardo Aguilar. También hubo algunas chances para la visita, como la que tuvo Vergara después de una pésima salida del arquero Garay, que jugó un pase malo estando fuera del área. La pelota quedó en los pies del volante, que la quiso colocar por arriba pero la tiró afuera.
El dueño de casa estaba mejor, y generaba posibilidades. De tanto insistir y de tanto manejarle la pelota a su rival, consiguió un penal, que Daniel Toledo se encargó de facturar para poner las cosas 3-1 para su equipo. A todo esto, el elenco “celeste” ya tenía a tres hombres menos: dejaron la cancha Franco Gómez, Diego Andrada y Albino Galarza. En lo que se vio de segundo tiempo, Hispano no ofrecía resistencia y Boxing empezaba a jugar a sus anchas. Y llegó el cuarto, cuando el partido tenía ritmo de entrenamiento: lo hizo Julián Ojeda. En eso, al visitante le expulsaron al cuarto hombre (Miguel Muñoz), y se generaron protestas. De un momento a otro los jugadores alzaron la pelota y salieron caminando para dejar la cancha; el encuentro estaba suspendido por la expulsión de Marcos Páez.
Jugando antes que el puntero
A Boxing le viene tocando jugar los sábados, siempre un día antes que el dueño de la tabla de posiciones, Defensores del Carmen. Y por eso se da que, jugando antes, se sube a la punta gracias a las victorias sabatinas. El fin de semana pasado pasó con Bancruz, al que el albiverde derrotó con claridad por 3 a 0. Y ayer, con la conquista sobre su clásico rival Hispano Americano, el elenco dirigido técnicamente por la dupla Velásquez-Toledo consiguió hacerlo de nuevo.
Con esto, Boxing viene metiéndole presión desde hace un buen tiempo al equipo de barrio Del Carmen, ya que lo obliga a ganar su compromiso si es que no quiere resignar el liderazgo en el Torneo Oficial de la Liga de Fútbol Sur. Cabe recordar que Defensores del Carmen juega hoy ante Boca en uno de los duelos más importantes en lo que va del certamen.
LA OPINION AUSTRAL
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